miércoles, 15 de febrero de 2012

Eran las seis de la tarde y dentro de un cuarto de hora llegaba el avión a Madrid, la ciudad donde Step y su hermana Maya viven. Bueno, dentro de unos minutos sería "vivían" porque se iban de allí para nunca volver. ¿Y ahora dónde irán? ni ellos lo sabían, pero se quieren ir lejos, muy lejos. Escucharon a la típica mujer que te avisa de que ya puedes salir de esa agobiante sala y fueron hacia la salida, pasaron por un túnel hasta ver a una azafata. Maya no era la primera vez que se montaba en un avión, ya que había viajado varias veces en él con sus amigas pero en cambio su hermano Step nunca había montado, ésta era su primera vez, su hermana le preguntó que qué sentía, ya que ella no recordaba lo que ella sintió en su día y él dijo: "siento pánico, siento miedo de subirme y de morir, pero en realidad sé que no me va a pasar nada, y que todo saldrá bien". Su hermana rió al oír a Step decir "siento miedo de morir" porque recordó que ella también hace unos años decía lo mismo. La azafata les ordenó que apagaran los móviles, todos los aparatos y que se abrocharan los cinturones.
Step intentaba tranquilizarse pensando en otras cosas, pero dejó de hacerlo cuando sintió como el avión poco a poco iba hacia arriba, sintió cosquillitas en el estómago, pero no de esas cosquillas de antes de una cita, sino de esas que sientes la primera vez que te montas en un avión y que algunas personas las siguen sintiendo.


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