Aunque… si lo piensas, lo bueno de no tener fecha de caducidad es que nos permite seguir soñando con que, esta vez sí, ese yogurt, pueda conservarse para siempre.
jueves, 22 de marzo de 2012
Por muchas noches en blanco que uno dedique a pensar en su biografía sentimental, la verdad es que encontrará pocas soluciones, podrá parchear tal o cual relación, pero al final volverá a pasar lo de siempre, que en un momento dado saltaran pedazos, como en tantas otras veces, porque uno es como es, y no es fácil dejar de serlo para querer a alguien, es casi… un combate perdido de antemano, así que lo mejor que nos podría pasar es que las relaciones sentimentales vinieran con fecha de caducidad, como los yogures, así sabríamos de antemano cual es la fecha del final, y no perderíamos el tiempo en inseguridades, sospechas ni discusiones, nos dedicaríamos a disfrutar cada momento hasta la última décima de segundo.
Aunque… si lo piensas, lo bueno de no tener fecha de caducidad es que nos permite seguir soñando con que, esta vez sí, ese yogurt, pueda conservarse para siempre.
Aunque… si lo piensas, lo bueno de no tener fecha de caducidad es que nos permite seguir soñando con que, esta vez sí, ese yogurt, pueda conservarse para siempre.
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